Como si con un faro se guiasen, estos salmones atlánticos llegan de regreso tras su largo viaje desde los mares del circulo ártico hasta el mismo río donde nacieron . Haciendo una parada, acostumbran sus cuerpos a un nuevo grado de salinidad, y esperan las primeras lluvias del otoño para poder remontar el río hasta el final de su viaje.
Es extraño como la naturaleza les pone a prueba. La gran fuerza de la corriente, les impulsa hacia adelante, pero sin malgastar sus energías, buscando puntos de apoyo en los remolinos y turbulencias.
50mm f,1.8: ISO 1200, 1/2000, f6.3
Hay varias formas de realizar las tomas. Quizás la mayor decisión sea buscar el encuadre apropiado. Existen varios sitios donde situarse, dependiendo de la distancia focal que se vaya a utilizar. Lo más sencillo sería colocar la cámara en un trípode, y previamente enfocado y encuadrado, esperar los salmones con el cable disparador en la mano y la cámara en el modo de ráfaga más grande posible.
Otro método, que es uno de los que he realizado esta vez, es con la cámara en mano, lo más cerca posible de uno de los saltos; lo cual entraña cierto peligro, pues hay que deslizarse por apenas un metro y pico sobre una piedra resbaladiza, para llegar a un saliente bastante estrecho y resbaladizo, desde el cual una caída podría ser un poco trágica. Una vez ya situado, con la cámara en mano y una distancia focal de 50 mm, espero a que algún ejemplar se atreva a saltar dicho obstáculo. Encuadrando constantemente y con el dedo en el botón disparador, solo cabe esperar y estar rápido ante la aparición de algún ejemplar. No es fácil, pues la velocidad a la que salen despedidos del agua es terrible. Aquí es más determinante la habilidad del fotógrafo para apretar el botón disparador lo antes posible. No todos lo ejemplares que saltan son fotografiados con éxito, pero como si de un pescador se tratase, la paciencia es un herramienta que no debería de faltar en la mochila de cualquier fotógrafo de naturaleza.
50mm f,1.8: ISO800, 1/2000, f5
Otra encuadre que realicé era ya más alejado del salto. Equipado con mi 500mm, en vez de estar a escasos metros o incluso menos del salto, me coloco a una buena distancia, justo por detrás de este, buscando así un encuadre diferente y tratando de mostrar, con otro punto de vista, la distancia que tienen que remontar.
500mm f4: ISO7200, 1/2000, f6.3
Independientemente de la calidad de las fotografías que logremos tomar o no, es muy gratificante separar la vista de la cámara unos minutos, e intentar disfrutar de la belleza visual que el momento nos ofrece, y no estar obcecados con capturar el mayor número de imágenes posibles. ¿Pues acaso, el momento de la captura debería de estar por encima de la experiencia y el disfrute de la naturaleza en estado puro?
Enhorabuena!!